Alcancé al Farón cuando se dirigía hacia el Río y le dije que si nos dejaba salir Yavhé enviaría sobre él, sobre sus siervos, sobre su pueblo y sobre su ganado una palga de tábanos que lo devorarían todo.
-Entonces vuestro Dios Yavhé también os hará daño a vosotros los israelitas.
-No, porque los tábanos no llegarán Gosen, donde estamos situados yo y mi pueblo. Para que veas Yavhé es un Dios verdadero y que protege a su pueblo. Si no nos dejas salir esto pasará mañana.
-Que pase-dijo el Faraón.
Y así paso. Todo Egipto estaba plagado de tábanos que se comían al ganado, los alimentos...
El Faraón me llamó y me pidió que Yavhé expulsara a los tábanos de su país.
-Yavhé no los expulsará si tú no nos dejas ir a orar.-le repliqué yo.
-Podéis orar qui dentro no hace falta que salgáis de Egipto, yo os doy permiso.
-Si ofrecemos sacrificios aqui los egipcios nos apedrearán porque los sacrificos que nosotros hacemos son terrible para vosotros. Tenemos que salir.
-Os dejaré salir con la ocndición de que no os vayáis muy lejos y que oréis por mí y por mi pueblo.
-De acuerdo.-dije yo y me fui de su casa.
Yavhé expulsó a los tábanos y el Faraón cuando vio que su pueblo estaba a salvo se negóa a dejarnos ir.
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