sábado, 6 de noviembre de 2010

EL MANÁ

Yavhé oyó las murmuraciones del pueblo de Israel y nos envió unas semillas a las que llamamos maná. Yavhé me dijo que tendrían que recoger maná todos los días y comérselo todo, recoger sólo lo que se iban a comer y si no se comían todo lo que habían recogido las sobras se pudrirían o se llenarían de gusanos. Y así pasó, los israelitas no le hicieron caso a Yavhé y su comida se llenó todo de gusanos. Al sexto día Yavhé nos dijo que cogiéramos el doble porqué el séptimo día era su día de descanso y no habría mana hasta el siguiente día.

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